¿Cuántos extintores debe llevar un autobús? 

Cuando uno se sube a un autobús, no piensa en lo que puede pasar. Se acomoda, mira por la ventana, consulta el móvil y espera que el trayecto pase rápido. Pero, amigo mío, hay un pequeño héroe rojo que aguarda en silencio, esperando que nunca lo necesitemos: el extintor. Ese cilindro que cuelga discretamente cerca del conductor es, muchas veces, la diferencia entre una anécdota y una tragedia. Y sí, es obligatorio. Y sí, hay normas. Y sí, no basta con tener uno. Aquí vamos a contarlo todo. Sin rodeos, con claridad, y con el estilo directo que nos gusta.

¿Qué dice la normativa sobre extintores en autobuses?

España, como país serio que es en materia de transporte, establece normativas claras sobre la dotación de extintores en vehículos de transporte de personas. Los autobuses, por razones obvias, deben cumplir requisitos específicos. No vale con un solo extintor pequeño como el que llevas en el coche. Hablamos de vehículos que pueden transportar a docenas de personas, muchas veces niños, turistas o trabajadores. Por eso, el Reglamento General de Vehículos (Real Decreto 2822/1998) establece que:

  • Autobuses con capacidad hasta 23 plazas (incluido el conductor): deben llevar al menos un extintor con capacidad mínima de 2 kg de polvo polivalente (tipo ABC).

  • Autobuses con más de 23 plazas: deben llevar dos extintores, uno con una capacidad mínima de 6 kg y otro de 2 kg, o dos de 6 kg si las dimensiones del autobús lo permiten.

Y esto, ojo, es el mínimo legal. En rutas de largo recorrido, o en zonas con clima extremo, no es raro que se instalen extintores adicionales para mayor seguridad. Porque aquí no se trata solo de cumplir la norma: se trata de salvar vidas.

¿Qué tipo de extintores deben instalarse en los autobuses?

Aquí entra en juego la letra pequeña, esa que nadie lee pero que es vital. El tipo más recomendado y habitual en el sector del transporte es el extintor ABC, capaz de sofocar fuegos de clase A (materiales sólidos como papel, madera), B (líquidos inflamables) y C (gases). Su versatilidad lo convierte en la elección por excelencia, especialmente en autobuses escolares o vehículos que operan en entornos urbanos.

Pero hay algo más: los extintores deben estar homologados, tener la etiqueta de clasificación UL o UNE EN3 visible, y estar instalados en un soporte fijo, accesible, señalizado y preferiblemente cerca del conductor. Nada de tirarlo en el maletero como si fuera una bolsa de herramientas. En caso de emergencia, cada segundo cuenta.

El mantenimiento del extintor no es opcional

Un extintor no es un adorno. No es un elemento decorativo ni un amuleto de buena suerte. Es un dispositivo de seguridad que, si no se mantiene correctamente, puede fallar cuando más se necesita. Y esto, querido lector, no nos lo podemos permitir.

Por ley, los extintores deben ser revisados cada año por una empresa autorizada. En estas revisiones se comprueba la presión interna, el estado del agente extintor, la boquilla, el pasador de seguridad, la manguera y el soporte. Además, cada cinco años debe realizarse una prueba hidráulica para garantizar que el recipiente aguanta la presión sin fugas ni debilitamientos estructurales.

Si durante una inspección se detecta que el extintor no está en condiciones óptimas, debe ser sustituido inmediatamente por otro del mismo tipo. En ningún caso puede circular un autobús sin su dotación de extinción de incendios en perfecto estado de funcionamiento.

Simulacros y formación: la clave para actuar con rapidez

Tener extintores en autobuses está muy bien. Mantenerlos en regla, también. Pero si nadie sabe usarlos, estamos igual de expuestos. Por eso es fundamental realizar simulacros de incendio al menos una vez al año. En el caso de los autobuses escolares, en comunidades como Castilla y León o Andalucía, este requisito ya está incluido en los protocolos de seguridad.

Los conductores y acompañantes deben estar entrenados no solo en el uso del extintor, sino también en los procedimientos de evacuación. Hay que saber abrir la puerta trasera, guiar a los pasajeros hacia las salidas, mantener la calma y priorizar a personas con movilidad reducida. Todo esto debe practicarse y documentarse. Y, a poder ser, con la misma seriedad que ponemos cuando llevamos el vehículo al taller.

Errores frecuentes que no podemos permitirnos

Muchos responsables de flotas cometen fallos que, aunque parezcan pequeños, pueden tener consecuencias graves. Algunos de los errores más comunes son:

  • Instalar extintores caducados o sin revisión vigente.

  • Fijar el extintor en lugares inaccesibles, como bajo los asientos o dentro del maletero.

  • Utilizar extintores no homologados, adquiridos en tiendas no especializadas.

  • Desconocer el protocolo de actuación, confiando en que “nunca va a pasar nada”.

Ese pensamiento mágico, esa confianza ciega, es la que luego llena páginas de sucesos. Y créanme, nadie quiere salir en esas páginas.

¿Qué debemos exigir al contratar un servicio de extintores para autobuses?

Al elegir una empresa para el suministro y mantenimiento de extintores en autobuses, hay que ser exigente. Busque que cumpla con lo siguiente:

  • Asesoramiento personalizado según el tipo de vehículo.

  • Instalación homologada según normativa europea.

  • Certificado de revisión anual.

  • Etiquetas visibles con fecha de fabricación y próxima revisión.

  • Formación en el uso del extintor para conductores y personal auxiliar.

Recuerde que esta elección puede marcar la diferencia entre una emergencia bien resuelta o una tragedia con consecuencias legales y humanas irreparables.

El extintor, ese compañero silencioso que nunca debe fallar

En un país donde se valora la vida y la seguridad, no podemos dejar estos temas al azar. Llevar el número correcto de extintores, que sean del tipo adecuado, con mantenimiento al día y en lugares accesibles no es una opción: es una obligación moral y legal. Si usted es transportista, conductor, empresario del sector o simplemente un ciudadano responsable, hágalo bien. Porque los extintores no apagan incendios… salvan vidas.