Incendios en autos eléctricos e híbridos: desafío para la seguridad y la respuesta de bomberos.
El incendio registrado recientemente en un garaje de Alcorcón, España, volvió a poner sobre la mesa la discusión sobre la seguridad de los automóviles eléctricos e híbridos. El siniestro reavivó preguntas clave: ¿qué tan seguros son estos vehículos? ¿qué tan preparados están los bomberos y los organismos de emergencia para responder ante este tipo de situaciones?
El reto de las baterías de litio y su impacto en la seguridad vial
A pesar de que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) afirma que “un coche de combustión tiene un riesgo diez veces mayor de incendiarse” frente a un eléctrico, la realidad es que persisten dudas, principalmente por el comportamiento de las baterías de litio y la dificultad para extinguir un fuego de estas características. Ante esta problemática, los extintores para baterias de litio se presentan como un factor crucial en la estrategia de prevención y respuesta.
Riesgos estadísticos y percepción pública
Un estudio de AutoinsuranceEZ, basado en datos de la autoridad vial de Estados Unidos, ofrece cifras que permiten dimensionar la magnitud del problema. Los vehículos híbridos encabezan la lista de los más propensos a incendiarse, con 3.474 incidentes por cada 100.000 ventas, seguidos por los de gasolina y diésel, con 1.529 casos. En contraste, los eléctricos puros resultan ser los más seguros, con apenas 25 siniestros reportados en la misma base estadística.
Aunque los números favorecen a los eléctricos, el desafío aparece en la forma de combatir estos incendios. Un extintor para baterias de litio no funciona igual que los convencionales, ya que las celdas de las baterías pueden alcanzar temperaturas extremas, liberando gases inflamables y reactivándose incluso días después del primer incendio.
Sucesos recientes y la respuesta de bomberos
El jefe de Bomberos de Paysandú, Nerio Da Motta, explicó al diario El Telégrafo que en su jurisdicción, hasta el momento, no se han registrado sucesos vinculados a incendios de vehículos eléctricos o híbridos. Sin embargo, admitió que existe un déficit en la capacitación para afrontar emergencias de esta índole.
“Son vehículos que, por ahora, no han generado incidentes en nuestra área, pero reconocemos que es un debe que tenemos en cuanto a formación. Es fundamental estar preparados porque las baterías de 400 volts presentan riesgos adicionales que no se ven en otros automóviles”, destacó Da Motta.
El oficial subrayó además que no existe actualmente un agente extintor capaz de sofocar de manera definitiva un incendio en baterías de litio, lo que obliga a protocolos poco convencionales como la inmersión del vehículo en grandes tanques de agua durante varios días, práctica que ya se emplea en países con mayor parque automotor eléctrico.
Baterías de litio: el corazón del problema
Naturaleza química y riesgos inherentes
Las baterías de ion-litio, utilizadas en los autos eléctricos e híbridos, concentran energía en un volumen reducido. Esta densidad energética, aunque aporta autonomía y rendimiento, también representa un riesgo en caso de fallo térmico. Una vez que la batería entra en combustión, el proceso se alimenta por sí mismo: las reacciones químicas internas generan calor y gases tóxicos, lo que hace que el incendio sea difícil de controlar con métodos tradicionales.
El agua, utilizada como medida extrema, logra enfriar el sistema, pero no siempre garantiza la eliminación completa del riesgo. Las celdas dañadas pueden reactivarse días después, provocando un nuevo foco de incendio.
Limitaciones de los sistemas actuales de extinción
Si bien se han desarrollado agentes químicos especializados, aún no existe un extintor universalmente eficaz. Los bomberos se ven obligados a utilizar grandes volúmenes de agua, arena o espumas, sin garantía total de neutralización. De allí la necesidad urgente de mejorar el equipamiento y de contar con protocolos unificados para enfrentar esta clase de emergencias.
Capacitación y protocolos: la nueva prioridad
Formación de los cuerpos de bomberos
La incorporación masiva de autos eléctricos en Europa y América Latina obliga a un cambio profundo en la preparación de los bomberos. Como señaló Da Motta, la falta de capacitación es un punto débil que debe ser atendido con urgencia. Reconocer los riesgos eléctricos, manipular sistemas de alto voltaje y aplicar técnicas de enfriamiento específicas son competencias indispensables en la actualidad.
Además, la inversión en tecnología especializada resulta ineludible. Sin un extintor para baterías de litio o sin acceso a sistemas de contención adecuados, los bomberos enfrentan un escenario de alto riesgo tanto para los vehículos como para las personas y las infraestructuras cercanas.
Normativas y cooperación internacional
Algunos países europeos han empezado a diseñar normativas específicas que incluyen la obligatoriedad de planes de acción para incendios de vehículos eléctricos en estacionamientos, garajes y autopistas. La cooperación internacional y el intercambio de experiencias se convierten en piezas clave para perfeccionar estrategias conjuntas que minimicen los riesgos.
Perspectivas futuras y seguridad del usuario
El crecimiento sostenido de la movilidad eléctrica no se detendrá. Con cada año, más automóviles híbridos y eléctricos ingresan al mercado, lo que hace imprescindible garantizar la seguridad de los usuarios y de las comunidades.
La industria automotriz, junto con organismos de seguridad y cuerpos de bomberos, deberá continuar trabajando en tres ejes fundamentales:
- Desarrollo de tecnologías de extinción avanzadas, que permitan neutralizar incendios de baterías sin necesidad de procedimientos tan extremos como la inmersión total en agua.
- Capacitación continua de los equipos de respuesta, con simulacros y protocolos específicos.
- Concienciación del público, para que los usuarios comprendan tanto las ventajas de estos vehículos como las medidas de prevención necesarias.
La movilidad eléctrica es parte del futuro inmediato, pero su consolidación dependerá también de la capacidad de enfrentar los retos en materia de seguridad que plantea el uso masivo de baterías de litio.