Estudiante de física crea un extintor casero con solo dos ingredientes: ¿genialidad científica o peligro innecesario?
Vivimos tiempos de virales, de hazañas caseras y de tutoriales que nos prometen salvar el mundo con dos ingredientes de cocina. Y sí, lo que ha hecho una estudiante de física puede parecer una pequeña genialidad: fabricar un “extintor” casero con vinagre y bicarbonato. Pero, entre el experimento simpático y la temeridad peligrosa, hay una línea tan fina como la llama de una vela antes de apagarse.
En efecto, cuando Clara Inés decidió compartir en redes cómo fabricar un rudimentario generador de dióxido de carbono, lo hizo bajo la bandera de la ciencia divulgativa. En su demostración, mezcla ácido acético con bicarbonato sódico en un matraz y, al producirse la reacción, se apaga una vela encendida. “Mira, fuego apagado”, dice con una sonrisa. Pero lo que no dice —o no enfatiza lo suficiente— es que jugar a ser químico en casa tiene sus riesgos, sobre todo cuando hablamos de seguridad contra incendios.
Un experimento simpático que no sustituye a un extintor real
El experimento de Clara tiene su lógica: al mezclar ambos elementos, se libera dióxido de carbono, el mismo gas que utilizan algunos extintores. Pero reducir un extintor homologado a una mezcla casera es como comparar un coche con una bicicleta con pedales de mantequilla. Los extintores reales están diseñados, testados y certificados para actuar con eficacia y seguridad en incendios reales, no en vídeos de TikTok.
Por eso, desde aquí queremos hacer un llamamiento claro: no improvisemos con la seguridad. Ni por ahorrar dinero, ni por buscar soluciones exprés en redes sociales. Contar con un extintor auténtico, verificado y en regla puede suponer la diferencia entre un susto y una tragedia. Y cuando hablamos de equipos contra incendios, no basta con que apaguen una vela: deben responder ante cortocircuitos, aceite ardiendo o materiales inflamables.
Si estás pensando en proteger tu hogar, oficina o comercio, lo adecuado es acudir a empresas especializadas que te proporcionen extintores certificados, con garantías, revisiones técnicas periódicas y cumplimiento normativo. Porque la seguridad no se improvisa, se planifica.
¿Qué es un extintor homologado y por qué es esencial?
Un extintor homologado es aquel que cumple con todas las normativas europeas y españolas de seguridad, tanto en su fabricación como en su mantenimiento. Esto implica que ha superado controles rigurosos de presión, contenido, eficacia de extinción, y que está etiquetado conforme a la normativa vigente (UNE-EN 3, ISO, marcado CE…).
¿Y por qué es esto tan importante? Porque no se trata solo de “apagar fuego”. Se trata de saber qué tipo de fuego estás enfrentando, cómo debes atacarlo, y con qué tipo de agente extintor. No es lo mismo un fuego de clase A (materiales sólidos) que uno de clase B (líquidos inflamables) o C (gases). Un error en el tipo de extintor puede provocar que el incendio se agrave.
De ahí que sea fundamental tener opciones eficaces, como los extintores CO2, especialmente indicados para entornos eléctricos o cocinas. No dejan residuos, no dañan los equipos electrónicos y actúan deprisa. Y no, no se hacen con vinagre y bicarbonato.
El riesgo de los inventos caseros en situaciones críticas
Lo peligroso de estos “extintores caseros” no es tanto que no funcionen, sino que pueden generar una falsa sensación de seguridad. Pensar que uno tiene una solución eficaz en casa, y confiarse ante una emergencia, puede tener consecuencias desastrosas. El dióxido de carbono generado en casa no sale a presión, no cubre superficies, no actúa con eficacia en fuegos desarrollados. Y además, se realiza en recipientes de vidrio, que pueden romperse o explotar si no se manejan con cuidado.
Hay que tenerlo claro: el papel de la ciencia es investigar, explicar y experimentar, pero la protección contra incendios exige profesionalidad, experiencia y dispositivos certificados. A nadie se le ocurriría hacerse su propio marcapasos o frenos de coche. ¿Por qué entonces con un extintor sí?
Por eso insistimos en consultar fuentes fiables, contrastadas y técnicas sobre información sobre extintores, donde podremos leer bastante información contra incendios para así saber reaccionar en caso de incendio. Porque una emergencia no espera a que encuentres el vídeo adecuado en redes sociales.
Seguridad: una responsabilidad colectiva
No todo es culpa de Clara Inés. Al contrario: su curiosidad, su iniciativa y su capacidad de comunicar son dignas de aplaudir. El problema es otro: vivimos en una sociedad donde lo viral se confunde con lo válido, donde el like vale más que la normativa, y donde el espectáculo supera al criterio técnico. Pero cuando se trata de fuego, no hay lugar para el show: hay que actuar con rigor.
Desde aquí, invitamos a padres, profesores, responsables de centros educativos y ciudadanos en general a fomentar la educación en prevención, en conciencia del riesgo, en uso adecuado de equipos y protocolos. Porque sí, el fuego fascina… pero también destruye.
No improvises con tu seguridad
El vídeo de la estudiante de física puede ser una curiosidad simpática, un ejemplo de cómo reacciona el dióxido de carbono ante una llama. Pero eso no es un extintor. Un extintor es un cilindro presurizado, verificado, mantenido, que debe estar colocado en lugar visible, señalizado, con su etiqueta y revisión en regla.
Así que, por favor, no juegues con fuego. Ni literal ni metafóricamente. Ante cualquier riesgo, apuesta por la seguridad profesional. Porque cuando llega el humo, lo único que cuenta es tener a mano el equipo adecuado. Y ese equipo no sale de una receta de cocina. Sale de años de experiencia, de cumplimiento normativo, y de una industria comprometida con salvar vidas.
Hazte con tu equipo adecuado, revisa tus instalaciones y no te fíes de atajos. Porque la seguridad no es viral… pero salva vidas.