Comprender el fuego: el primer paso para combatirlo
Cuando hablamos de incendios, lo primero que debemos saber es que no todos los fuegos son iguales. Hay distintos tipos de fuego según el material que los origina, y cada uno requiere un tipo de extintor específico para poder apagarlo con eficacia. Usar el extintor equivocado no solo puede ser inútil, sino peligroso. Si estás aquí, probablemente buscas información clara y práctica para proteger tu casa, negocio o espacio de trabajo. Has llegado al sitio correcto: hoy te explicamos todo lo que necesitas saber para actuar con seguridad y cabeza.
Clasificación de los tipos de fuego
Los incendios se clasifican en cinco clases principales: A, B, C, D y F. Cada uno responde a un tipo de material inflamable. Los de clase A, por ejemplo, son los más comunes: afectan a materiales sólidos como papel, madera o tejidos. Los de clase B implican líquidos inflamables, como gasolina o alcohol. Los de clase C, gases. Los de clase D, metales combustibles como el magnesio. Y los de clase F, muy presentes en cocinas, se deben a grasas y aceites de origen vegetal o animal. Saber esto es vital para escoger la herramienta correcta en caso de emergencia.
Qué tener en cuenta antes de comprar extintor
Ahora que sabes que hay distintos tipos de fuego, tiene sentido pensar dos veces antes de comprar extintor. No vale cualquier modelo para cualquier situación. Por ejemplo, si tienes un taller mecánico donde se manejan líquidos inflamables, necesitarás uno distinto al que usarías en una oficina. Además del tipo de fuego, debes considerar el tamaño del lugar, la facilidad de acceso y si hay personas sin formación que podrían tener que usarlo. Comprar por precio sin entender esto puede acabar en un desastre mayor del que intentabas evitar.
Ventajas y usos de los extintores ABC
Los extintores ABC son de los más populares en entornos domésticos y comerciales por una razón: son polivalentes. Están diseñados para apagar fuegos de clase A, B y C, es decir, sólidos, líquidos y gases. Funcionan lanzando un polvo químico seco que sofoca las llamas e interrumpe la reacción en cadena del fuego. Eso los convierte en una opción muy versátil, especialmente para quienes no tienen claro qué tipo de riesgo predomina en su espacio. Sin embargo, hay que tener en cuenta que dejan residuos, así que no se recomiendan en zonas con equipos electrónicos delicados.
Para fuegos eléctricos y tecnológicos: los extintores CO2
Cuando hablamos de instalaciones eléctricas, servidores, laboratorios o cocinas profesionales, los extintores CO2 son una de las mejores opciones. Este tipo de extintor expulsa dióxido de carbono a presión, que desplaza el oxígeno y apaga el fuego sin dejar residuos. Es ideal para fuegos de clase B (líquidos inflamables) y también para fuegos eléctricos. Eso sí, hay que manejarlos con cuidado: el CO2 sale a temperaturas muy bajas y puede producir quemaduras si se usa sin protección. Además, no es eficaz en fuegos de clase A porque no enfría lo suficiente los materiales sólidos.
¿Y los fuegos de cocina? El caso especial de los clase F
Las cocinas son un entorno de riesgo muy particular. Las grasas y aceites a altas temperaturas pueden originar incendios violentos y difíciles de apagar. Para estos casos se crearon los extintores de clase F, que usan un agente químico que enfría y forma una película jabonosa sobre el aceite, sofocando las llamas. Son esenciales en restaurantes, hoteles y cocinas industriales. Si tienes una vivienda con cocina abierta o haces mucha fritura, también te interesa tener uno a mano. Usar un extintor ABC o de CO2 en un fuego de grasa no solo es inútil, puede empeorar la situación.
¿Y qué pasa con los metales? La clase D
Aunque menos frecuentes, los incendios provocados por metales combustibles como el sodio, potasio o titanio requieren un enfoque especializado. En estos casos, se usan extintores de clase D, que contienen polvos secos formulados específicamente para reaccionar con estos elementos sin generar explosiones. Son muy comunes en laboratorios, industrias químicas o fábricas aeroespaciales. Si trabajas en un entorno de este tipo, jamás uses agua o CO2: podrías provocar una reacción aún más peligrosa. Aquí, la formación y el equipo correcto marcan la diferencia entre el control y el caos.
Cómo elegir el extintor adecuado para tu entorno
Cada espacio tiene riesgos distintos. Una oficina necesitará, en general, un extintor ABC. Un restaurante, uno de clase F. Un centro de datos, CO2. Antes de hacer una compra, identifica los riesgos principales, consulta con un profesional y verifica que el extintor cumpla con las normativas vigentes. También es clave que esté correctamente señalizado y accesible. Tenerlo guardado en un armario sin señalización o sin revisar durante años es como no tener nada. Recuerda: un extintor es útil solo si está en buen estado y se usa bien.
Mantenimiento y revisión: el gran olvidado
Muchos creen que con comprar un extintor y colgarlo en la pared ya están protegidos. Error. Los extintores deben revisarse al menos una vez al año por un técnico certificado. Esto garantiza que la presión interna es la correcta, que la boquilla no está obstruida y que los agentes químicos no se han degradado. En el caso de empresas o locales abiertos al público, este mantenimiento no solo es recomendable, es obligatorio por ley. Ignorarlo puede suponer sanciones o, peor, que el extintor no funcione cuando más lo necesites.
¿Se pueden usar varios tipos de extintores en un mismo lugar?
Sí, y de hecho es lo recomendable en muchos casos. Por ejemplo, una nave industrial puede tener extintores ABC en las oficinas, CO2 en las salas eléctricas y de clase D en la zona de producción. Lo importante es que estén correctamente identificados, con señalética clara y colocados a una altura accesible. También conviene formar al personal para que sepa cuál usar en cada situación. Porque de nada sirve tener el mejor equipo si nadie sabe cómo ni cuándo usarlo. Invertir en formación puede salvar vidas.
Formación básica: usar un extintor no es tan fácil como parece
¿Sabías que más del 60 % de las personas no sabrían cómo usar un extintor en caso de emergencia? No basta con tenerlo: hay que saber usarlo. La técnica más habitual es la P.A.S.: P de “presionar” el gatillo, A de “apuntar” a la base del fuego, y S de “sweeping”, mover de lado a lado. También es importante mantener la calma y saber cuándo retirarse si el fuego es incontrolable. Invertir una hora en una formación básica puede ser la diferencia entre apagar un pequeño conato y ver cómo se pierde todo por no saber reaccionar.
¿Dónde comprar extintores con garantía?
Una vez que tienes claro qué tipo de extintor necesitas, toca la parte práctica: comprarlo. Hay muchas opciones en el mercado, pero no todas ofrecen productos certificados ni asesoramiento adecuado. Lo mejor es acudir a una empresa especializada, que te oriente según los riesgos de tu actividad y se encargue también del mantenimiento posterior. Evita comprar extintores en plataformas no especializadas o de segunda mano: podrían estar caducados, mal cargados o sin homologación. Recuerda que no es un adorno: es un dispositivo de seguridad que puede salvar tu vida.
Conclusión: el conocimiento también apaga incendios
Saber qué tipo de fuego puedes enfrentar y qué extintor necesitas no es un lujo, es una necesidad. Ya sea en casa, en el trabajo o en un negocio, contar con el equipo adecuado puede marcar la diferencia entre una anécdota y una tragedia. Los extintores son herramientas poderosas, pero solo si se eligen, colocan y mantienen correctamente. Si te interesa seguir aprendiendo, en nuestro blog encontrarás artículos como extintores ABC o retimbrar extintores, que profundizan en aspectos clave de la protección contra incendios. No lo dejes para después: la prevención empieza hoy.